28 enero 2011

El Playboy.

"Cristóbal fue a la farmacia y pidió una bolsa de horas. La farmacéutica lo miró con lástima y le dió un puñado de caramelos de anetol. 
En su lúcida senilidad, Cristóbal miró los caramelos 1/2 Hora sabiendo que lo que había pedido era tiempo. Caminó  tres cuadras hasta su casa y tardó en llegar mucho más de lo que duró un caramelo en su boca. 
Encendió la radio pero no escuchaba lo que decían. Ya no escuchaba nada. No hacía nada. Apenas podía dormir. Estaba dándose cuenta de que no quedaba mucho camino por recorrer y  pensaba cómo fue que se terminó el recorrido.
Recordó a Liliana, a quién le regaló una carrera en Farmacia y le prestó tantas veces el auto... dónde estaría. Se casó... pero no con él. Él nunca quiso casarse. Se acordó de muchas, y no se acordaba qué era lo que tenían de malo. Pero todas tenían algo malo. A todas las fue descartando. Ninguna era lo que él buscaba. Ninguna era como él. Ninguna era suficiente. Todas juntas tal vez... pero nunca pudo decidir por una. Quería a todas y no quería a ninguna. Le aterraba la idea de casarse y tener que soportar a la misma mujer por el resto de su vida. Tener hijos era algo que jamás había evaluado. Era jóven y tenía tiempo para esas cosas. Dónde quedó el tiempo. A dónde se fue. No hace tanto elegía mujeres. No, no tanto. 
Cristóbal pasea su vejez dándo lástima. Qué es más de lo que dió en toda su vida. Anda sólo tratando de recordar qué era lo que tenían de malo las mujeres que dejó." 



Conozco varios Cristóbales contemporáneos... y me gusta maginármelos dentro de 50 años yendo a comprar una bolsita de tiempo para hacer lo que no hacen ahora. Me gusta verlos dejar mujeres porque "son hinchapelotas" o porque "les están todo el tiempo encima". Me va a gustar verlos querer que alguien les pregunte cómo están, cuando sean como Cristobal y no se acuerden qué era lo que tanto molestaba y cuánto les gustaría tener a alguien cerca, aunque fuera hinchando las pelotas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

GENIAL VALERIA!

Beso.

Aline.

Anónimo dijo...

Buenísimo.
Leyendo este y el anterior, llegué a una conclusión obvia, pero no por ello menos cierta: la rana renéé está enamorada de vos. Ya averiguaste quién es? Es un plomo, pero, aparte, se ve que no puede pensar en otra cosa.

Beso,
Fatima.

Valeria dijo...

No tengo idea de quién es... ni me importa