17 abril 2017

Dos Entes

Esta entrada la escribí el 12/03/2012, por algún motivo no la publiqué en su momento. Hoy, revisando el blog, lo leí y lo publico porque cinco años más tarde, sigo pensando igual. Agregaría a la nota al pie a mi profesora de Lengua y Literatura de primer año de secundaria, a un profe que no era profesor, sino profesional con las materias pedagógicas rendidas pero con una vocación para enseñar que daba gusto. Mi total y absoluto repudio a las ¿cinco, seis? docentes que me dieron clases en 1988, a las que les importaba más su salario que todos nosotros.


Los docentes indignados con el discurso de Cristina Fernandez. No será santa de mi devoción, pero en ésta, la banco.
Los docentes no ganan poco. Las maestras, para lo que estudiaron, ganan DEMASIADO. Facebook las deja en evidencia. Son BURRAS. No saben escribir, no saben redactar, no saben más que lo el programa dice que tienen que saber.
En el ´89 tuve más días al pedo que de clases. Porque las inútiles no saben reclamar, porque les parece que lo mejor que pueden hacer es un paro. Que lo mejor que pueden hacer es crear más generaciones burras. Como si eso fuera perjudicial para el gobierno que "les paga poco". Qué mejor para el gobierno que un pueblo de ignorantes, manipulables sin pensamiento formado. Tuve maestras de mierda, que hacían diferencias por clases sociales, por color de pelo o por afinidad.... como si la escuela fuese Gran Hermano. Tuve maestras que no sabían responder una pregunta relacionada a lo que estaban explicando y tuve maestras que no hacían un carajo. Tuve una de las otras. Una sola. Que quería que aprendiéramos, que nos enseñó a pensar, que nos conocía y que no sólo pretendía meternos conocimiento sino que trató de integrarnos como grupo, como parte de un todo en la escuela, que nos trató como personas y proponía planes tan variados que sabía a quién le gustaba escribir, a quién le gustaba dibujar y a quién le gustaba más la geografía que la biología. Una sola! y esa ganaba lo mismo que la vieja de mierda que te tiraba el mal aliento en la cara mientras te decía "tu mamá me pidió que me quede un rato con vos después de hora porque no sabés dividir... pero no vas a aprender nunca". Y terminé séptimo grado sin saber dividir! Maldita vieja hija de puta. Nadie me hizo sentir tan burra como esa vieja a los 11 años.Y hacía paro porque ganaba poco!
La de música también era la de inglés. No sabía ni de música ni de inglés, pero se adhería a los paros porque ganaba poco.
En la secundaria, pocos de los que me daban clases alguna habían estudiado para dar clases. La profesora de dibujo también daba geografía y se preocupaba muchísimo porque los fiordos estuvieran bien dibujados, a mano, en la carpeta de pelotudones de 15 años. Si quedaba claro qué era un fiordo y qué una península no importaba mucho. El tema era que estuviera bien coloreado y con bordes definidos.
También tuve "profesores" que eran profesionales enseñando su carrera... o parte de su carrera... no eran malos. Pero no eran docentes. Algunos eran buenos y otros te decían sin problemas "No me rompan las bolas pibes, que yo acá vengo por la obra social".
Si los docentes quieren respeto, se van a tener que romper el ojete para ganárselo. Van a tener que cagar sangre para recuperar la admiración que tuvieron sus predecesores. Y si quieren un sueldo más alto: ESTUDIEN, ENSEÑEN, INSTRUYAN, EDUQUEN y todo sin esperar que el pibe venga enseñadito de la casa. Las casas pueden ser un desastre y ustedes tal vez sean los únicos que puedan enseñarle a ese pibe que no todo está perdido. De todas las que tuve, una sola me dejó ver que nadie nace condicionado, que todo depende de lo que uno mismo haga y que el hecho de que tus viejos no tengan un peso, no quiere decir que vas a ser un pobre perdedor toda tu vida. Que las situaciones económicas cambian y que a la escuela no se va a pensar en plata sino en lo que a uno le gustaría hacer más adelante y en prepararse para hacerlo. Basta de maestras diciendo frente al grado "Por lo que me pagan no pienso gritar"
Gritá vieja de mierda! Grita y enseñale al pibe que tenés adelante que quedarse en casa dejando que todo el mundo sea burro no es una solución para nadie. Querés joder al gobierno? Enseñá todo lo que puedas, enseñá a pensar, enseñá a hablar con inteligencia, enseñá a debatir. Vas a ver como en poco tiempo el gobierno no te va a poder cagar ni a vos ni a nadie, porque creaste un pueblo capaz de no dejarse cagar.



Quedan excluídos de este hilo de puteadas todos aquellos docentes que fueron como mi señorita Susana. Cada uno sabrá si le queda el traje. 

15 abril 2017

¿Sos pelotuda o hija de puta?

¿Cómo se distingue a un pelotudo de un hijo de puta? ¿Es necesario hacer esa distinción? Si alguien te está tomando por idiota, ¿es realmente importante si su motivación es la idiotez o la maldad? El pelotudo, por su condición de pelotudo, ¿está excento de ser un hijo de puta? ¿o puede ser las dos cosas y escudarse en su estupidez para ser más hijo de puta aun? ¿Será que creen que uno es igual de estúpido y no se da  cuenta de que le están queriendo sacar ventaja? 
Yo me estoy cansando de ser la pelotuda a la que tratan como a una hija de puta. Andá a ventajear a tu vieja, que le gusta.

05 junio 2013

Pelotudos en la calle

Si yo voy manejando y hablando por celular, y me ve un cana, me pone una multa. A menos que yo fuera un colectivero y el cana viajara gratis en el colectivo. En ese caso, el cana se hace el boludo y el chofer me baja. Sí. Me bajó del colectivo porque le dije varias veces que cortara el celular. Dale flaco. Una emergencia te la banco. Ir charlando con un toga tooooodo ese trecho, no. Igual, el cana se hizo el boludo y yo me tuve que tomar otro bondi. No sea cosa que le hagan pagar boleto... 
Si a alguien que yo quiero le pasa algo y necesita una ambulancia urgente, puteo porque la ambulancia tarda demasiado. Pero si yo fuera manejando y hay mucho tráfico, aunque escuche una ambulancia con la sirena a punto de quedarse afónica de tanto gritar, no me caliento por dejarle paso porque yo tengo que llegar ayer. Obviamente los vehículos que pasaban por la intersección tenían cosas más importantes que hacer que la puta ambulancia, porque no la dejaron pasar hasta que el semáforo les cortó el paso. Yo viendo todo desde la ventanilla de un bondi cuyo chofer no sabía que más hacer para pedir paso para la ambulancia que tenía atrás. No tengo auto, pero el día que lo tenga, prometo dejar pasar a las ambulancias porque cuando me la ponga, quiero que llegue rápido. Se ve que la gente que andaba manejando esta mañana por la zona está 100% segura de que ni ellos ni  nadie que aprecien van a necesitar una ambulancia, jamás en su vida. 
Y la última a la que voy a hacer referencia, porque no tengo muchas ganas de escribir (y seguro que se nota) es a la parva de pelotudas con cochecitos de bebé que creen que poniendo el carrito con el muchachito en la calle mientras esperan para cruzar, es seguro. Que el pibe tiene un poder telepático para detener el tránsito y que de ninguna manera viene un distraído al volante, o uno calculándole el tiempo al semáforo para que no se le ponga en rojo que se lleve el carro en el capot. 
Después nos quejamos del desastre de tránsito que hay en las calles de Buenos Aires. Como si los que andan por la calla no fuéramos nosotros. 
 


25 mayo 2013

Sin poder rodar...

Saqué a pasear a la perra. Hacia mi viene un muchacho en silla de ruedas. De las manuales, tracción a sangre.  El hombre, no sólo tenía atrofiadas las piernas, sino que los brazos se le habían ensortijado formando un rulo en la muñeca que al estirarse para empujar la rueda, le dibujaba una mueca de dolor.
Le ofrecí ayuda, Olivia (la perra)  y "se paseó sola" como dicen las viejas que la ven pasar con llevando la correa en la  boca.
Mientras llevaba la silla, me di cuenta de lo complicado que debe ser no poder rodar tranquilamente. Incluso las rampas especiales son difíciles de subir, y llevando la silla, uno nota que hay cuadras que tienen rampa en una esquina, pero al llegar a la otra hay que buscar una entrada de garage lo suficientemente cómoda como para sortearla cuando las piernas no son una opción.
Podrá pensarse que debería haberme dado cuenta antes, o que hasta que me toca en persona no lo tengo en cuenta. La verdad es que si bien tenía una idea de que no era sencillo, no tenía ni la más remota aproximación a la escala real del problema.
Al pasar por un bar con mesitas en la vereda, uno nota que en realidad no es un lugar óptimo para poner las mesitas, o que podrían hacerse cambios mínimos de disposición  como para dejar el espacio necesario para una silla de ruedas. La gente, muy amablemente, movió sus sillas unos pocos centímetros, regalando una mirada nublada de lástima al tipo que no estaban, realmente, dejando pasar.
Al llegar a una esquina sin semáforo, tuvimos que dejar pasar varios autos antes de poder cruzar.
-¿Se complica, no?
- Esto... Ésto no es nada. Imaginate tener que esperar un colectivo con rampa. La gente cree que se da cuenta, pero no se da cuenta de nada.
Tenía razón. Lo acompañé por las cinco cuadras más largas que transité en mi vida. No encuentro la manera de describir la impotencia que se siente con el estado de las veredas y las rampas, ahí yo no puedo hacer nada. Pero si alguien alguna vez cree que se está corriendo lo suficiente para dejar paso, por las dudas córrase un poco más. Y un poco más también. Si tiene que llegar dos minutos más tarde por frenar con el auto y dejar cruzar a alguien con muletas, silla de ruedas, o lo que fuera que le dificultase moverse, piérdase esos dos minutos. Estará ahorrándole a alguien muchísimo más tiempo del que pueda creer.

14 octubre 2012

La Primer Puteada del Día

Recién vengo del mercadito de chinos de la esquina. Voy a la caja y adelante mío, una imitación (más berreta aun que el original) del negro González Oro.
Cajera: Iecinueve setentacinco!
Gonzalez Lata: Cuánto?!?
C:  I - E - Ci - Nueve - Setenta - Cinco-
GL: Okey... (saca la billetera y empieza revolver entre papeles arrugados, saca un billete de cinco pesos, dos de dos, los pone sobre el mostrador y empieza a buscar monedas)
Mientras el tipo buscaba entre sus bolsillos, la cajera china empieza a cobrarme a mi. Mis cosas quedan encima de una moneda de diez centavos que puso el negro González Lata. El tipo desparrama todas mis cosas en modo porteño soberbio enojado porque me empezaron a atender a mi antes de que el terminar de escudriñar todos sus agujeros en busca de monedas. Agarraa la de diez centavos que estaba abajo de mis hamburguesas y le tira nueve pesos y monedas.
C: Ieci! Ieci nueve!!
GL: Ya sé ponja de mierda! Ya te voy a pagar! Esperá que estoy buscando la plata! Te creés que no te voy a pagar ponja? Puta! Ponjita puta de mierda!
Yo: (Con voz de bruja recién levantada) Pará flaco! Sos un maleducado! Qué necesidad de tratar así a la gente?
GL: Y vos que te metés! Si es con la ponja! Si yo soy maleducado vos que sos?
Yo: Yo no soy maleducada. Vos sos un maleducado. Bajá un cambio. Sos una vergüenza!
GL: Y vos qué sos?!?! Andá! Andá a trabajar de lo que sea que tabajés!
Yo: Evidentemente en un trabajo mejor que el tuyo porque no tengo que revolver en todos mis bolsillos para juntar veinte pesos!
El tipo revuelve su billetera lo más rápido posible. Calladito la boca, pone unos cuántos billetes de dos pesos y hace mutis por el foro con el orgullo sangrante.