27 diciembre 2011

Hospital Público para Mascotas.

Tres palabras: Dejate de joder.
Antes de empezar una campaña por un hospital público para mascotas (que no me parece mal, sólo fuera de lugar) hay que mover el orto para que los hospitales públicos para personas cuenten con los recursos necesarios para atendernos a todos y que no estemos matándonos para pagar una prepaga que cuando puede te caga.
Querés hospital gratuito para mascotas? Buscate veterinarios que trabajen gratis las horas que puedan, buscate varios porque nadie te va a cubrir turnos completos de onda, y salí a juntar guita para comprar medicamentos y los insumos que hagan falta. Querés hacer algo? Hacelo. Pero un grupo en Facebook y unos cuantos emails en cadena no van a hacer mucho más que lograr que algunos cabezas huecas repartan emails pelotudos y escriban comentarios dejando en claro lo "desinteresados" que somos aquellos a los que un hospital público para animales nos parece lo último a lo que se debería estar dedicando la guita de los contribuyentes.
Si algún veterinario con tiempo se quiere hacer cargo de curar animalitos de la calle gratis que por favor ponga un aviso en la vidriera de su negocio que diga "Atendemos animalitos de la calle gratis." Y adentro un frasco para que a los que sí nos interesa podamos dejar algo de guita para cubrir los costos de medicación de los señoritos que necesiten atención.

Tenés que hacer malabares para que los castren gratis y estos pelotudos pretenden atención veterinaria gratuita.... manga de nabos. Donde creen que viven?





26 diciembre 2011

La verdadera historia de Papá Noel.

En Navidad los chiquitos esperan ansiosos a Papá Noel. Le juran que se portaron bien y a menos que se trate de Demain, el de La Profecía, cada chiquito merece el regalo que pidió. Pero Don Noel debería ser investigado por el INADI. Maldito viejo discriminativo. Desde que soy chiquita que el muy cabrón te deja los regalos de acuerdo al poder adquisitivo de tus viejos. Vos pedís flor de regalo. Uno que sabés que jamás le pedirías a tus viejos porque no te lo pueden comprar. Tenés la gran idea de hacerlos zafar de un terrible gasto por algo que te encantaría tener pero ellos no pueden comprar. Etonces se lo pedís al panzón. El viejo reventado, no sólo te regala lo mismo que tranquilamente podrías haberle pedido a tus padres sino que lo que vos querías se lo trae el mocoso de al lado al que sólo le faltan pulgas para rascarse. Maldito viejo desconsiderado.  Cada tanto aparece y cuando lo hace, tiene la deferencia de vestirse de acuerdo a la ocasión. Si en tu casa van tirando a pobres, se aparece con un traje brilloso de tela de avión y una barba de paño lenci barato, una bolsa de basura de consorcio y a veces hasta pone voz de mujer y se parece extrañamente a la vecina de enfrente. La que tiene la familia lejos y vino a pasar las fiestas con ustedes pero que siempre desaparece a la hora que aparece el viejo barbudo.... debe ser que ella también ve algo raro en el gordito.
Cuando ves las fotos de la Navidad de los vecinos con plata, notás que el gordo se puso las mejores galas para ir a la casa bonita. Está muerto de calor pero se puso un traje grueso, la barba le brilla como si acabara de hacerse un baño de crema facial y la bolsa es roja, gigante y DE TELA! 
Sinceramente, y a la distancia, hubiera preferido que nunca llamaran a ese viejo barrigón que incluso después de llevar años viniendo para la misma fecha no es capaz ni de recordar que es verano y vestirse de acuerdo a la temporada para traer los regalos. Que se ahorre el viaje y nos deje ver que los viejos nuestros son capaces de hacer un esfuerzo para comprarnos un lindo regalito, que aunque no sea lo que estábamos esperando está re bueno igual. Y así tendría más sentido que el regalo que deja en la casa de la tía soltera y profesional sea siempre más grande que el que deja en la casa de la abuela viuda y jubilada. Por ahí aprenderíamos desde más chiquitos que no hay que querer más de lo que se puede tener y que si de repente la Navidad te sorprende con un regalo como ni te lo imaginabas, no es porque hiciste todo bien, te portaste bien y fuiste un groso de comportamiento en el jardín, sino porque tus padres te quieren más que a lo que ganan y sacrificaron algo por hacerte felíz a vos. 
Mientras tanto, podemos dejar que el viejo vestido de rojo que sólo trabaja una vez al año y hace diferencias sociales y económicas, se quede cagándose de frío en el Polo Norte, en lugar de venir a irrumpir en nuestras fiestas familiares apestando a olor a chivo porque no fue capaz ni de adaptarse a nuestro clima. 
Ya disfrazan a los chiquitos en el jardín para noche de brujas... pronto vamos a estar rellenando pavos para festejar el día de acción de gracias... Y sin saber a quién le damos gracias ni por qué, pero si los del norte lo hacen, debe ser muy top.