Mientras estuvimos pintando, el teléfono y el timbre sonaban cada 15 minutos: -"Eh... hola? Si?... Estará Don Ramón?"
Cuando estábamos arriba de la escalera con el rodillo cargado de pintura, sonaba el teléfono para que alguien preguntara por "El Señor Ramón".
Toto empezó a atender el teléfono con voz de recepcionista aburrido: -"Gomería. No señora. No,no. Ahora somos gomería" "Funeraria. Ahá... No. No. Este número ahora pertenece a la funeraria".
Un señor tocaba timbre insistentemente y, o no contestaba, o no se escuchaba. Así que bajé.
-Yo lo busco a Don Ramón, señorita.
-No vive más acá. Se mudó.
-Y usted sabe a donde fue?
-No, señor. No lo conozco, pero en el departamento ahora vivo yo.
-Ah... Y no te dejó un número de teléfono?
-No, yo no lo conozco al señor. El vivía acá se fue, y yo alquilé el departamento.
-Ah... se lo alquilaste a él?
-No. El no era el dueño. Alquilaba. Se fue. Ahora alquilo yo.
-Ah... y no sabés a donde se mudó?
-Sí. Se mudó a San Gerónimo, provincia de Santa Fe. Se fue con el hijo a vivir al pueblo porque ya no podía trabajar más porque le temblaba el pulso.
-Ah... o sea que acá no lo vengo a buscar más... porque no va a volver.
-Exactamente.
Ah... Y vos no hacés los pies?