31 octubre 2011

La Mayoría.

Hace rato que no tengo de qué hablar... y ahora necesito desahogarme. Tengo un nudo en el estómago porque estoy podrida de tener que defender mis ideas, mi manera de pensar. Gente que se llena la boca de democracia pero que te trata de gorila, fachista, antipatria o pelotuda sólo porque te parece que al gobierno hay que pedirle más en lugar de aplaudirlo porque hace algunas cosas bien. O al menos como a la Mayoría le gusta.
La Mayoría, pienso yo, es una Barbie boluda de 48 años con ganas de tener 25  que se preocupa más por que la cara no tenga arrugas -ni se le caigan las tetas- que por hacer algo con las manitos. Y le llegan los nietos y no sabe ni qué hacer porque cuando tenía que criar a los hijos puso una niñera de catorce años a que se los críe. La  Mayoría no aprendió a tejer, ni a bordar,  contar cuentos ni a nada y lo único que puede hacer por sus nietitos es comprarles la playstation y un led de 40 mil pulgadas para que se entretengan y no se den cuenta de que la abuela no sabe ni hacer postres para mimosearlo un poco. A La Mayoría le preocupa muchísimo no poder ir de vacaciones, y se preocupa por llegar a la costa aunque sea a costa de sacar un crédito. Porque La Mayoría no sabe ahorrar. Porque estuvo, en una época, casada con un europeo que le daba de todo a cambio del culo y ahora que el marido la dejó, lo único que sabe hacer es entregar el orto. Yo comprendo a La Mayoría. Pero me gustaría que me dejara, al menos, pensar lo que carajo se me ocurra.
El que quiera entender, que entienda.
Saludos a La Mayoría.

"Coma mierda. Millones  de moscas no pueden estar equivocadas."