10 mayo 2011

Teatro Negro de Praga.

El sábado fuí al Coliseo, a ver al Teatro Negro de Praga presentando Las Aventuras de Fausto. Es un espactáculo lisérgico. A partir de cierta edad a uno le cuesta creer en la magia y asombrarse con un juego de luces. No es mi caso. Yo puedo quedarme horas mirando las estrellas volando del protector de pantalla de Windows y entretenerme con eso. Ver la historia de Fausto con luz negra me dejó con ganas de más. Un simple pedazo de tela, iluminado por luz blanca al frente del escenario se me hizo agua. No podría ver otra cosa que agua. Sabía que detrás, la luz negra escondía los pantalones del protagonista que se había calzado un bote amarillo a la cintura. Pero yo lo veía remar en el agua. Debajo de la tela, que se movía a un metro de altura, pececitos multicolores se movían con el sonido del  agua. Las medusas con piernas de mujer bailaban y el movimiento que hacían relamente emulaban al de las medusas en el agua. Las orugas transformandose en mariposas que volaban y agitaban las alas tan suave y tan fuerte que me olvidé que eran mujeres. Las ví volar y no me pregunté de dónde las agarraban los asistentes de negro para que no se notaran sus manos en el cuerpo que brillaba en la oscuridad. Bajó el telón tras el primer acto y deseé que empezara el segundo porque se me había hecho extremadamente corto aunque había durado un buen rato.  Y volví a la puta realidad.
Se encendieron las luces y desapareció la magia. Dos viejitas comentaron que no era la primera vez que lo veían y la hippie palermosa de al lado les comentó que ella había ido sola. Y que le reventaba que los acomodadores le preguntaran si esperaba a alguien... "Qué tiene de raro venir sola? EH?!?!? SOLA VINE SO-LA! Qué problema hay? Acaso no puedo ir sola al teatro? Qué soy una vieja solterona??!?!?" Probablemente a esta boluda le parecería más cordial que no le preguntasen nada y si estaba con alguien la acomodaran a ella sola mientras su acompañante se rompía los cuernos buscando el asiento... Las viejitas no le dieron ni pelota. Sólo le dijeron que ellas eran solteras y tampoco les molestaba serlo. La hippie cheta con el mismo pelo que la loca de mierda debe haber querido cortarse la lengua... pero ya estaba.
La rubia desteñida del otro lado de las señoras las mira y dice -"Esto parece el acto de una escuela, no?" Las viejas no contestan. Yo me pregunto a qué escuela fue la "rubia". La hija de la rubia, un pichón de conchuda vestida como si tuviera 20 años pero que no supera los 10 dice -"Ay si ma, es re aburrido esto" Ella remata con: "La verdad que pagar $250 pesos por "ésto"... Y yo pensaba quelos $250 pesos se los podría haber gastado en un buen peluquero en lugar de meterse la koleston siete tonos más abajo de lo que le soporta el pelo...(además... sabemos que no pagaste la entrada más cara o no estarías sentada acá con nosotros)  -"Si, aburrido" es la palabra, yo me acuerdo cuando los vi la primera vez, estaba en primaria... hace siglos jaja... pero me resultó mucho más impactante... ahora esa luz, adelante del escenario... es una porquería la verdad, además no se entiende nada!"
Levantate y andate imitación de escoba berreta!!! Me estás cagando la obra! Pensá un poquito como pensabas antes de que el decolorante te quemara las neuronas y pensá que tu hija tiene la edad que vos tenías la primera vez que lo viste y le estás cagando la magia, porque si vos decís que  es una mierda, ella, que se muere de ganas por parecer grande, va a decir las mismas pelotudeces que vos.
Por suerte se apagaron las luces y figuras alucinógenas invadieron la oscuridad. El escenario se volvió universo y el alma de los artistas reemplazó a la mía, bloqueó mi cerebro y me dejé hipnotizar por un arte que lleva años de entrenamiento,  arte que se prepara, se siente y se contagia. El arte por el que vale la pena pagar y por el que vale la pena vivir. Me quedé mirando, esperando que no terminara nunca y me permití olvidarme que veía sólo una ilusión óptica, me dejé engañar por  mis ojos y sentí lástima por la hija de la rubia.


Ningún video le hace justicia al teatro, menos a este tipo de teatro. Pero acá lo dejo... sólo para quien quiera ver un poquito. Y el que tenga la oportunidad de ir, no la pierda. Ni la rubia desteñida ni yo, pagamos una entrada de $250 pesos. Pagamos la más barata y así y todo valió la pena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si vos disfrutaste y te gusto, deja que le rebote la unica neurona que le queda a la gente ignorante. Yo no lo vi, pero mire el video que pusiste y me encanto. Disfruta vos y deja que los ignorantes renieguen.