28 diciembre 2010

Los hombres no son todos iguales.

y las mujeres tampoco. 

A mi compañero de trabajo, la novia no contenta con sacarle un lustroso par de cuernos, le dejó en Facebook su "regalito de Navidad". Una foto apretándoese a un kiosquero oscuro que tiene el negocio a dos cuadras de la casa de él.
A algunas personas, no les alcanza con ser soretes en la intimidad. Deben serlo públicamente y dejar como pelotudos a la persona que los quiere. Algunos son inqueribles y tienen la suerte de que aparezca un boludo o una boluda que los quiera, y ellos siempre creen que pueden tener algo mejor.
 Me gustaría saber qué va a pasar cuando el kioskero empiece a lustrar sus propios cuernos, porque quien tiene un hábito no lo deja de un día para el otro. Además quien se lleva un novio o novia como premio que le quitó a otro, debe estar conciente de que corre el riesgo de estar del otro lado.
También cabe la posibilidad de que sea el kioskero el que se canse de la yegua que se ganó y pretenda devolvérsela a mi compañero cuando no quiera soportarla o cuando la escoba nueva deje de barrer... O lo que sería más que divertido, que la yegua engendre un potrillo en la vorágine de calentura que provoca el calor de enero y se quede sola, con un crío y la nula capacidad de trabajo que tiene.
El peor de los finales sería que mi compañerito la agarre de nuevo cuando la yegua vuelva a pedir pan duro y mate cocido frío. Que la fuerza te acompañe chiquito! Y no te olvides que yeguas hay muchas y para soportar este tipo de cosas, por lo menos que te las haga una mina digna del teatro de revistas!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

"O lo que sería más que divertido, que la yegua engendre un potrillo en la vorágine de calentura que provoca el calor de enero y se quede sola, con un crío y la nula capacidad de trabajo que tiene."

Un tanto cruel. Pobre el crío...

F.

Anónimo dijo...

Y si, el mundo es cruel