18 julio 2011

Hay cosas que no prescriben.

Bloggeando por ahí, encontré el relato de una chica que, orgullosa, cuenta cómo logró que el hombre casado del que se enamoró, dejara a su mujer y se quedara con ella sin hacer, prácticamente, nada. Cuenta que le había dicho "Qué suerte tiene tu mujer" cuando estaba casado, y que ahora ella es la que está en ese lugar.
Lo lastimoso es que es probable (si no seguro) que ella en algún momento vaya a estar en el lugar que la ex-esposa está ahora. Es decir, primero cornuda, y después dejada. Porque lamentablemente, hay mañas que no se pierden. Y el que tiene la maña de creerse superior abrochando a cuanta mina se le cruce, generalmente, no la pierde. Como tampoco pierde la oportunidad de anotarse otro puntito si la circunstancia acompaña.
Son esas que orgullosamente cuentan que se quedaron con el marido de otra, las que después lloran porque las dejaron por otras. Y de ninguna manera creo que las hijas de putas sean ellas. Conozco muchas mujeres en situación de "marido compartido" y casi siempre el factor común es el cuento de "Sigo con ella por los chicos, pero ni la toco. Yo duermo en el living y ella ya no se depila." Además, la mujer siempre es una bruja que le hace la vida imposible y lo cela por pavadas. A él. Qué es un santo.
Claro que también se da la situación inversa. Pero a favor de las mujeres, debo decir que en la mayoría de los casos, cuando se  calientan con otro, ya sea por asco o por entereza, vuelan al viejo de una patada en el orto y sin dar explicaciones se van con el nuevo.
El gorrero, además, cree que todo aquel que no mete los cuernos es un pelotudo. Un flaco que no sabe para qué tiene la pija y que la desaprovecha cogiéndose siempre a la misma mina. Un idiota que cada noche se acuesta con la misma mina y seguro se aburre como un hongo. Porque "hay que cambiar de monta." Y el que no actúa como él, es porque no puede, o la bruja no lo deja. Es un pollerudo.
Y ahí va por la vida. Enganchándose cada tanto con una mina, haciéndole hijos, y siendo dejado por infiel. Sin entender por qué, si después de todo, eso fue hace un montón y ella lo perdonó.
O eso creyó él. Pero hay crímenes que no prescriben. Y de los que te puede salvar una "fianza momentánea" mientras la mujer que tengas al lado crea que vale la pena seguir con vos por alguna otra cosa que ella te ve, y las minitas con las que te revolcás  jamás te vieron, ni se van a tomar el tiempo de encontrarte. Porque sos un buen polvo, pero un tiro al aire. Hasta que un buen día, a la señora se le pone difusa la imagen y lo que te veía no está más. Y se te terminó la fianza.
Y si tuviste el orto de encontrar una pelotuda que te aceptó aunque le fueras infiel a la madre de tus hijos, vos sabés  que a la larga vas a querer saber si todavía tenés "el don" y la vas a cagar. Y vas a dejar a la que te a aceptó infiel, llorando ocmo una idiota porque "debió haberselo imaginado" y te vas a ir con otra escoba nueva. Para seguir el ciclo hasta que se te terminen los tiros. Porque el zorro pierde el pelo, pero no las mañas. Y te vas a encontrar, viejo y sólo, en Navidad, en la casa de un amigo diciéndole "Vos tuviste la suerte de encontrar una mujer buena... yo tuve cada loca al lado..."



Para mi amigo Miguel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Vos tuviste la suerte de encontrar una mujer buena... yo tuve cada loca al lado...", mas de una vez lo dije..ya no lo sigo diciendo.

She dijo...

Yo no me lavo las manos, yo solamente digo una cosita. Si querés hacer algo que no podés, tenés dos opciones: no la hacés, o la hacés y que no se entere nadie. Las cosas bien hechas cuestan un poquito más, pero hasta un boludo lo puede hacer. La gente que se le descubre la infidelidad es porque son unos pelotudos.

No se si me terminé riendo por no llorar o porque me salió natural.
A mi, la verdad, con estas expectativas, creo que voy a ser la tìpica y eterna tía solterona de mis sobrinos.